Educar para liberar

 

El fin de la educación es la liberación: liberación de los instintos que te hacen esclavo y te impiden vivir en libertad y la realidad; liberación o crecimiento de los dones y de las cualidades de la persona para que ella pueda ejercitarlos plenamente. 
Todos somos como plantas; necesitamos tener suficiente espacio en la tierra para echar raíces. Y esas plantas necesitan agua, aire y sol. El niño necesita ser amado, pero también ser confirmado y apoyado. Necesita un medio de vida que le anime a crecer y a realizar los esfuerzos necesarios.

 Jean Vanier, Hombre y Mujer los creó, p 47

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